4. Bases y condiciones para las soluciones

Viviendo en Santiago de Chile, Carlos Carrasco sigue inscrito para votar casi 5.000 kilómetros al norte, en la parroquia Caricuao de Caracas, de donde es oriundo.

Por dos razones, el joven de 29 años no ha abordado este cambio de residencia. La primera, desde un punto de vista personal, es que el hecho de todavía estar inscrito en Caracas denota para él un vínculo de la responsabilidad política como elector que quiere mantener al seguir empadronado en Venezuela. La segunda, con base en evidencias objetivas, es que resulta muy difícil para un inmigrante actualizar su estatus en el RE.

En principio, cuenta Carlos, hay un retraso enorme con los estatus migratorios, particularmente en Chile, el país sudamericano que lo acoge junto a más de medio millón de nacionales.

Llegó a Santiago durante el primer semestre de 2018 y demoró un año para tener una visa temporaria. En 2020 solicitó la visa permanente y todavía al cabo de dos años seguía esperando respuesta. Un retraso que no solo cuenta él, sino que se repite con miles. “Esto hace muy complicada la posibilidad de cambiarte para votar, en este caso, en Chile”, dice.

Agrega a lo anterior el trato complejo en el consulado venezolano: tramitar un pasaporte o partida de nacimiento pasa por un proceso que involucra no solo madrugar hasta un sector de la ciudad sin condiciones adecuadas para atender la demanda de quienes necesitan esos servicios, sino también quedar dentro del número limitado de personas que admiten por día.

Como activista por los derechos de las personas migrantes, Carlos valora como un capital social importante el alto nivel de organización que alcanzaron procesos ciudadanos previos como la consulta popular de la oposición del año 2017. Pero, cuando abre el compás al resto de la población migrante, el joven observa desconfianza y confusión. Desconfianza hacia la institución formal representada en el consulado y la embajada venezolanos. Y confusión, porque Chile es uno de los países donde fue instalada una embajada paralela del llamado “gobierno interino”, sin que muchos adviertan necesariamente esas diferencias.

A su observación anterior, agrega los ingredientes del desapego acerca de la crisis venezolana. El hecho de que grupos familiares enteros ya se hayan reagrupado en Chile profundiza la desvinculación, al no encontrarse incentivos concretos y reales para participar.

Este joven profesional ha visto bien que el gobierno chileno haya demostrado interés en el voto de la comunidad venezolana en su territorio. Como migrante, él ha podido seguir procesos de otras diásporas como la peruana, la boliviana o la colombiana, para los cuales han desplegado logística y coordinación entre ambos gobiernos para favorecer la participación ciudadana.

Dado el nivel de desconfianza que existe hacia la institucionalidad venezolana, Carlos opina que, para que los venezolanos en el exterior voten, habrá que transmitir garantías de respeto a la voluntad popular expresada. “Uno esperaría que, con los venezolanos que tengan la oportunidad de votar en el exterior, los gobiernos de esos países de acogida puedan hacer un trabajo incidente con las instituciones venezolanas para que se respeten esos votos”, considera, previo acuerdo político de envergadura.

Creyente de que los votos de los migrantes no son ni pueden interpretarse como de segunda ni de tercera, Carlos cree que esa confianza necesaria se cultiva mediante la triangulación entre organizaciones de migrantes en los países receptores, los gobiernos de esos Estados y los actores políticos en Venezuela.

4.1. Prerrequisitos fundamentales

Al cierre de esta Aula Electoral OEV, nos permitiremos esbozar un marco de condiciones y garantías de base que consideramos clave para que este tema de la actualización del RE dentro y fuera de Venezuela y la garantía del derecho al voto de los migrantes pueda hallar puntos de entrada efectivos y desarrollar viabilidad de cara al próximo ciclo electoral.

Ofrecemos ocho ideas que pretenden ser abono inicial para el necesario y más profundo debate nacional que, consideramos, debe darse en relación con este asunto de la democracia y los derechos humanos.

4.1.1. Abrir y auditar el RE

Aunque en teoría el RE está abierto de manera permanente, una buena jornada especial de inscripción y actualización permitirá intensificar su actualización. Dentro y fuera del territorio nacional. Será clave el diseño: que la administración electoral despliegue el mayor número posible de puntos, con las mayores capacidades operativas instaladas y facilidades de ubicación y funcionamiento.

El RE es el primer cartógrafo de un país. En Venezuela, nuestro RE necesita ser verdaderamente auditado. La más reciente auditoría exhaustiva data de 2005. En los procesos electorales de los últimos años, la del RE ha sido la auditoría más breve y menos profunda del conjunto de exámenes, porque en realidad se limita a una presentación de un día sobre cambios en el RE. Una verdadera y buena auditoría al RE, con estándares internacionales, permitirá identificar riesgos y recomendar cómo evitarlos. No solo implica auditar el sistema principal y los software de apoyo, sino también procesos manuales. Todo pasa por la voluntad del administrador de los datos de hacerlo.

4.1.2. Inspirarse en buenas prácticas

La migración humana es un fenómeno milenario que ha afectado a casi todas las sociedades del mundo y que con el tiempo ha experimentado cambios importantes. En su Informe 2022 sobre las Migraciones en el Mundo, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) explica que ellos contribuyen regularmente, junto con otros organismos de las Naciones Unidas, a diversas iniciativas de consolidación de la paz, como el apoyo a los gobiernos para ampliar el acceso de los migrantes a los procesos electorales en sus países de origen. Algunos casos paradigmáticos podrían ser los de Afganistán (2004) e Irak (2005).

Es bueno y útil mirar y tomar lo bueno de otros casos exitosos. Perú, según datos de la CEPAL, es el país sudamericano que incluye al mayor porcentaje de su diáspora como electores registrados. Colombia suele aplicar jornadas de consulados itinerantes. México es líder regional en la aplicación de distintos modos de inscripción y actualización: personal, postal y por internet. Aunque Estonia es referente mundial de voto electrónico, en la región Panamá ya habilitó el sufragio vía internet para sus residentes en el extranjero. Y en otros países como República Dominicana sus nacionales en el exterior tienen incentivos, como votar por su propia representación en el legislativo; siendo que para ejercer su derecho al sufragio solo necesitan la cédula, estar inscritos en el registro y no poseer inhabilitación política.

4.1.3. Planificar y actuar con tiempo

Las elecciones, siempre lo decimos, son procesos largos y complejos, como desgranamos en nuestra anterior Aula Electoral OEV. Y el tiempo es decisivo. Tiempo para planificar los procesos inherentes al ejercicio de los derechos electorales, de forma que los calendarios prevean lapsos suficientes para que se adopten todas las medidas administrativas, legales, de capacitación y de logística. El Manual del Centro Carter para la Evaluación de Elecciones (2016) alecciona que, al planificar comicios, debe preverse tiempo suficiente para implementar con éxito el registro de votantes como componente necesario de cada proceso electoral.

Cabe la posibilidad de ofrecer a los electores potenciales instalaciones accesibles de manera continua para efectuar el registro, y es necesario que cuenten con suficiente tiempo para inscribirse, de forma tal que la mayor cantidad de personas tenga la posibilidad de hacerlo.

4.1.4. Dejarse ayudar

Dos apoyos que, con tiempo, pueden ser aprovechados por el CNE son la asistencia técnica electoral de Naciones Unidas en materia de registro de electores (una puerta que quedó abierta luego de la observación acreditada de un Panel de Expertos en la elección 2021) y la misión de seguimiento que, dos años después de una votación, suele hacer la MOE de la Unión Europea, sobre todo luego de que en su informe final recomendaron proporcionar más opciones para que los votantes, incluidos los venezolanos que viven en el extranjero, actualicen su información fuera de los períodos electorales, con el fin de mejorar el RE y medir mejor las tasas de participación electoral.

“Un esfuerzo para registrar votantes en el exterior implicaría superar varios desafíos, como la necesidad de negociar con otros países la operación de registro, la eventual reticencia de algunos venezolanos a registrarse, y quizás la necesidad de flexibilizar los requisitos para el registro, admitiendo no solo permisos de residencia legal, cédulas de identidad y pasaportes venezolanos, sino también visas de trabajo, estudio o negocios”, recomendó la MOE UE a la administración electoral venezolana.

4.1.5. Apertura para modificar la legislación

La norma debe satisfacer los cambios que se van dando en las dinámicas sociales. La LOPRE vigente fue promulgada en 2009, antes de que el fenómeno migratorio se acrecentara en Venezuela. La infraestructura actual de unas 125 delegaciones entre embajadas y consulados en 85 países resulta absolutamente insuficiente para atender la demanda migratoria. Un agravante de lo anterior es el caso de países que rompieron relaciones diplomáticas con Venezuela porque desconocen el gobierno del presidente Nicolás Maduro,  pero acogen un elevado número de migrantes venezolanos.

Las normas de carácter legal y/o sublegal que lesionen los derechos electorales deberían ser reformadas o anuladas por la instancia correspondiente únicamente para garantizar la progresividad y el ejercicio de los derechos electorales y nunca para restringirlos más. En cualquier caso, valdría recordar el cumplimiento a la disposición constitucional que expresa que la ley que regule los procesos electorales no podrá modificarse en forma alguna en el lapso comprendido entre el día de la elección y los seis meses inmediatamente anteriores a la misma.

Siendo la inmigración un fenómeno regional será menester que América Latina ofrezca respuestas regionales e incluso avance en regulaciones regionales para organizar esta materia.

4.1.6. Movilización ciudadana

El elector debe ser el protagonista en cualquier proceso de actualización del RE: él es quien se inscribe, el que actualiza oportunamente su cambio de residencia, o simplemente el que verifica que sus datos estén registrados de manera correcta y, caso contrario, pueda solicitar la enmienda respectiva.

Por eso, otra clave de esta historia radica en la estimulación de la participación de nuevos jóvenes electores, de venezolanos adultos no inscritos y de electores ya inscritos que necesitan actualizarse, dentro y fuera del país. Este rol de la movilización ha recaído tradicionalmente sobre los partidos políticos, actores con capacidades y maquinarias humanas para las funciones de motivación al electorado. Organizaciones de la sociedad civil también pueden aportar sus propias campañas y estrategias de promoción del RE, desde la perspectiva de derechos humanos que les compete.

4.1.7. Sinceración de expectativas

La migración venezolana con derecho a voto equivale, para julio de 2022, a la población electoral del Zulia y de Miranda juntas, compara el politólogo Ismael Pérez Vigil. No están concentrados en pocas capitales, sino muy dispersos por ciudades del mundo. Y el fenómeno pareciera indetenible. En mayo de 2022, 16% de la población tenía planes migratorios, según un estudio nacional de Delphos. El Observatorio de la Diáspora Venezolana calcula que, también en 2022, entre 1.200 y 1.400 venezolanos emigran diariamente.

Que se actualicen en el RE e incluso voten literalmente todos podría figurar como una escalada a la cima del Everest, como una aspiración de muy difícil o casi imposible cumplimiento. Median razones de carácter económico, político y social. Y estas brechas para alcanzar el 100% de la meta se repiten, en mayor o menor medida, con todas las grandes diásporas. Pero, en cualquier caso, esto no debe ser excusa para nadie. La administración electoral debe servir las condiciones y los actores políticos abocarse a estimular la participación para que esta proporción de electores debidamente inscritos y actualizados sea lo más inclusiva posible, cuanto más alta posible.

4.1.8. La cosa política

Antes de cerrar este viaje de conocimientos, vamos a trasladarnos a la Italia de abril de 2006. Elecciones entre Romano Prodi y Silvio Berlusconi. Es la noche electoral y hay empate técnico entre ambos. En uno de sus libros, el profesor de Ciencia Política Ronald Hayduk rememora lo que pasó al día siguiente: con los votos de la diáspora italiana, Prodi se alzó con la victoria con 25.000 votos aportados por los italianos residentes en el exterior. En esta historia, el voto en el exterior hizo la diferencia. Desembarquemos, finalmente, de vuelta a Venezuela: ¿Qué tan determinantes pueden llegar a ser una buena actualización del RE dentro y fuera del país, y su consecuente mayor votación de los venezolanos de la diáspora?

Todo o quizás la mayoría de lo que has leído y visto hasta aquí se halla transversalizado por un elemento vital dentro de la crisis venezolana: la imperiosa necesidad de negociaciones y acuerdos políticos amplios e inclusivos que sustenten y viabilicen estos desafíos. Si bien unas condiciones y garantías se logran por la vía del acuerdo, otras tradicionalmente se ganan a través de la lucha natural que de manera pacífica y constitucional deben encabezar los partidos políticos.

3.

Inmigrantes: la circunscripción electoral más grande

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5.

Prueba rápida

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